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Mi Tío no se llama Sam

Alfons González Quesada

A finales de 2008, a punto de celebrarse el 50 aniversario de la Revolución y a pocos días de la toma de posesión de Barack Obama, se retiran las vallas que hay frente a la Oficina de Intereses de Estados Unidos, su representación diplomática en la isla. Durante 30 años, aquel enorme edificio en el malecón habanero ha sido testimonio de la creatividad y contundencia de los diseñadores cubanos a la hora de denunciar la política de Washington contra Cuba. Echar un vistazo al contenido de sus mensajes es una buena manera de conocer la temperatura de las relaciones entre ambos países. La retirada de las vallas también encierra un mensaje: es un gesto de buena voluntad hacia el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Hoy el mensaje perdura. Ninguna otra valla contra Estados Unidos se ha levantado en el malecón. (...)

Alfons González Quesada