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08/04/2009 / Barcelona

Felipe Gil, Secretario de Educación de Medellín, Colombia: “En nuestra ciudad hemos actuado bajo la idea de “lo mejor, para los más pobres” (I)

El Secretario de Educación del Ayuntamiento de Medellín, Felipe Gil, es uno de los “cirujanos” de los grandes cambios sociales experimentados en la capital del departamento colombiano de Antioquia. Tras visitar Casa Amèrica Catalunya, Gil habla de las intervenciones culturales y educativas impulsadas desde hace casi 5 años por los mandatos municipales de Sergio Fajardo primero y Alonso Salazar después y que han actuado de motor en la transformación de la ciudad, años atrás paradigma de la violencia y el narcotráfico. “El 80% de los niños de Medellín estudian en centros públicos que estaban deteriorados, con maestros poco estimulados, en unas condiciones mínimas, en un hacinamiento increíble”, señala Felipe Gil, que añade: “Un niño con oportunidades educativas, que termina los estudios, mira la vida con otros ojos”.

La transformación experimentada en Medellín es impactante...Hace casi 5 años habían dos problemas muy claros en Medellín: la violencia estructural y la profunda desigualdad. El equipo que entonces llega a la alcaldía, independiente, no político, de la sociedad civil, lo hace con una propuesta muy clara: el eje de la transformación va a ser la educación, entendida en un sentido amplio, que va más allá de la transformación en los colegios. Era incentivar una serie de procesos en toda la ciudad que iba a complementar lo que hacíamos en los colegios. Y priorizamos el presupuesto de la ciudad hacia el eje estratégico de la educación. Todo el mundo dice que la educación y la cultura son muy importantes, pero eso se refleja en los recursos. En Medellín, hubo un año en que destinamos entre el 30 y el 40% del presupuesto de la ciudad a esos programas de educación entendidos en su sentido más amplio.  ¿Dónde y cómo decidieron esas intervenciones?Fue en base a criterios técnicos y no políticos, en el análisis de las zonas de la ciudad con menores índices de desarrollo humano. Y comenzamos a definir en esas zonas una serie de intervenciones sociales y urbanas. Un ejemplo clarísimo es la intervención en la comuna de Santo Domingo y Santa Cruz. Un eje por donde va el Metrocable y se comienza a tejer en una zona muy desvertebrada. Y se define la intervención en Parques Bibliotecas, más allá de un centro donde hay libros, sino como espacio de integración de la comunidad. Porque tiene un espacio público, una Sala del Barrio, el Auditorio del Barrio, la Sala Informática. Todas las expresiones culturales giran en torno al Parque Biblioteca, que también tiene Sala de Estudio e Investigación. Es el punto de encuentro de toda la comunidad.  Y se diseñan 5 Parques Bibliotecas.   Son la punta del iceberg...Luego apostamos por los Proyectos Urbanos Integrales. La Biblioteca y el Metrocable nos permiten desarrollar un eje de intervención muy fuerte, construyendo espacio público: ludotecas, centros de salud, pasajes peatonales. Y todo bajo la idea de “para los más humildes, lo mejor”: los mejores materiales, los mejores diseños... Y eso es valorar a la gente, creer en sus capacidades, y sobre todo , brindarles mucha dignidad, un trato muy digno desde el Estado.  Otro vector imprescindible de esa trasformación es el sector educativo.El sector educativo estaba profundamente abandonado. El 80% de los niños de Medellín estudian en centros públicos que estaban deteriorados, con maestros poco estimulados, en unas condiciones mínimas, en un hacinamiento increíble. O sea, una ciudad con mucha pobreza que ofrecía a los más pobres espacios indignos, que no permitían el desarrollo de las capacidades y potencialidades de los niños. Si inviertes en educación, esa inversión va directa a los estratos más humildes de la ciudad y rompe con el ciclo de la pobreza porque un niño con oportunidades educativas, que termina los estudios, ya mira la vida con otros ojos. ¿Y qué hicieron?Un factor muy importante es el ambiente de aprendizaje. Por ello, nos ponemos en un plan maestro para adecuar completamente 132 colegios y construir 10 colegios nuevos con unas inversiones gigantescas y con unas infraestructuras que en ocasiones son mejores que las de los mejores colegios privados de la ciudad.  Y era también un mensaje de mucha dignidad: las familias se sentían orgullosas de que sus niños estuvieran estudiando en estos colegios. Y que el maestro se sienta en el mejor tablero de Medellín, que se sienta valorado... Y todo eso genera mucho, porque el colegio lo entendemos con la misma filosofía que la del Parque Biblioteca, como un colegio abierto. El Aula de Informática del colegio es la del barrio; el Teatro, las canchas y la zona deportiva... son los del barrio. Antes, los muros más altos y encerrados de la ciudad eran los de los colegios. Hoy, esos muros están el suelo y la gente empieza a interrelacionarse con el colegio. Y lo cuidan porque lo ven como una oportunidad para sus hijos y para sus propias familias. Y eso son las infraestructuras. En cuanto a la calidad, nos empezó a acompañar el sector privado, las universidades, los colegios privados... y generamos unas alianzas por las que se convierten en voluntarios que acompañan los procesos de los colegios. ¿Algún resultado palpable?Hay otras infraestructuras importantes creadas como el Parque de la Ciencia y la Tecnología Explora, el Jardín Botánico, los Centros Culturales... Se generan unos espacios educativos que luego las distintas asociaciones culturales de la ciudad empiezan a tomar. Se genera una bola. ¡Los Parques Biblioteca han tenido más de cinco millones de usuarios en los últimos dos años!