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28/06/2010 / Barcelona

Omar Porras desnuda el mito de Bolívar en Casa América Catalunya antes de presentar su obra en el Grec

Bolívar, fragmentos de un sueño, dirigida por Omar Porras, con texto del dramaturgo William Ospina, promete ser uno de los platos fuertes del Festival Grec 2010. La obra teatral, programada para el 28 y 29 de junio, vivió su presentación en la conversación que debían mantener Porras y Ospina en nuestra sede, truncada por la ausencia del escritor a causa de problemas de última hora con su vuelo. Le suplió con holgura el propio director del Grec, Ricardo Szwarcer, quien desveló entresijos de una iniciativa largamente deseada. Poner en escena al Libertador se hizo esperar.

Otra vez más, nuestra sala rebosó de espectadores. Hasta los topes de público ávido por conocer detalles del montaje. El prestigio de Porras y Ospina, cada cual en su sector, bien lo vale. Y también Bolívar, en pleno bicentenario de las Independencias latinoamericanas. Actúo como moderador el periodista Xavier Graset y arrancó Porras con un agradecimiento a Szwarcer por la apuesta realizada. La alianza entre ellos se gestó hace ya dos años y fue el actual director del Grec quien recordó que fue, precisamente, Casa Amèrica Catalunya quien les puso en contacto. A raíz de ese primer encuentro, Bolívar quedó programado para el 2010. Porras ya le elevó a categoría de mito. Personaje mucho más allá de lo normal, ya característico en los trabajos de su Teatro Malandro, el que creara en Ginebra. En el 92, empezaron con Fausto. Más tarde, siguieron con Dionisios, el dios griego. No faltó Don Juan, versión Tirso de Molina, ni tampoco el inmortal Don Quijote. Hasta llegar a Bolívar, mito en la Colombia natal de los creadores congregados en esta conjura artística. Para Omar, el Libertador “se ha convertido en una estatua silenciosa y mentirosa, aunque personalmente siempre resultó un sueño crear una obra sobre él. Ya en el 2000 leí el primer texto de Ospina, aunque no le llegué a conocer hasta seis años más tarde”. Confesó Porras que “no me atreví a proponerle a William lo de Simón Bolívar. Antes le dimos vueltas a Humboldt. Gracias al bicentenario y a que se sumara el ministerio de Cultura colombiano, empezaron los viajes por el país que había dejado a los 20 años. Recluté músicos y actores de diversas regiones, algunos desconocidos, partimos de sones como el vallenato, muy narrativos, y hubo buena química con Ricardo”. Szwarcer define Bolívar, fragmentos de un sueño como “un espectáculo muy potente, muy auténtico”, mientras Porras recalca que “el público catalán asistirá a una obra de hora y media que ha costado dos años de trabajo”. En cuanto a la figura de Simón Bolívar, Omar Porras lo desmenuza dejándolo convertido en “el hombre de las dificultades, con tres enemigos básicos: la naturaleza, el ejército español y todos sus compatriotas. Tras eso, existe un hombre sensible con un sueño. No juzgamos a Bolívar. En mi teatro, el escenario toma la palabra y lo imprevisible se incorpora a la obra”.