Esta web utiliza cookies propias y de terceros para ofrecerte un mejor servicio. Al navegar, consideramos que aceptas su uso. Más información

Aceptar
07/03/2008 / Barcelona

Colombianos y ecuatorianos claman por la convivencia en paz mientras Nicaragua anuncia la ruptura de relaciones diplomáticas con Colombia

Las recientes manifestaciones en Colombia y otras veinte ciudades del mundo a favor de las víctimas de la guerrilla de las FARC, de los paramilitares y del ejército colombiano evidencian las ansias de paz de los ciudadanos de este rincón de América Latina. Tras décadas de conflicto, la zona se ve ahora sacudida por la extrema tensión existente entre Ecuador, Colombia y Venezuela tras la incursión militar colombiana en territorio ecuatoriano este último fin de semana, operación que se saldó con la muerte del número 2 de las FARC, Raúl Reyes. En las últimas horas, Nicaragua también ha roto relaciones diplomáticas con Colombia mientras Rafael Correa, presidente ecuatoriano, calificaba a su homólogo colombiano, Álvaro Uribe, de “mentiroso e insolente”.

Diversos reportajes periodísticos reflejan el estupor de colombianos y ecuatorianos ante una posible guerra entre ambos países. Todo el mundo expresa su férreo deseo de seguir conviviendo en paz. Así, una periodista del diario digital Tribuna Latina ha visitado algunas de las numerosas panaderías colombianas de Guayaquil (Ecuador). Sus propietarios llegaron a Ecuador huyendo del conflicto en Colombia y se quedaron a vivir allí. “¿Para qué pelearnos? Si justamente la paz nos ha permitido desarrollarnos. Nosotros salimos de nuestra tierra huyendo, por la amenaza de la guerrilla. No queremos estar otra vez en medio de una guerra”, reflexiona la dueña de la panadería, mientras atiende a sus asiduas clientas ecuatorianas, que con el paso de los años se han convertido en sus amigas, y una de ellas, hasta en su comadre. Luis Alberto Arveláez, otro panadero colombiano afincado en Guayaquil, se limita a decir: “Nada tengo que ver con el problema declarado. Ése es un conflicto que debe ser resuelto únicamente en el campo diplomático”. Sentado junto a un amigo, en una de las mesas ubicadas en el portal de su negocio, confía en que el problema entre países no incida en la producción y las ventas, pues “el pan nada tiene que ver con la diplomacia”. El tránsito comercial entre Colombia y Ecuador reporta anualmente varios millones de dólares para la economía de ambos países. Ahora con el cierre de fronteras se espera que la situación económica de los pueblos empeore. Por otro lado, Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, en apoyo al gobierno ecuatoriano, ha decidido romper relaciones diplomáticas con Colombia, medida que mantendrá según declaró “si no se respeta el fallo de la Corte (La Haya) y si se vuelven a cometer actos de terrorismo como éste que han lanzado contra Ecuador”. Del mismo modo, Ortega dijo: “Esta ruptura de relaciones no es con el pueblo colombiano. Estamos rompiendo con la política terrorista que está practicando el Gobierno de Álvaro Uribe”. Asimismo, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ha tachado a su homólogo colombiano, Álvaro Uribe, de “mentiroso e insolente” tras una visita relámpago a Panamá.