Esta web utiliza cookies propias y de terceros para ofrecerte un mejor servicio. Al navegar, consideramos que aceptas su uso. Más información

Aceptar
29/11/2010 / Sant Joan de les Abadesses

Sant Joan de les Abadesses presenta la biografía definitiva dedicada a su compositor e hijo ilustre, Jaume Nunó

El sábado 27 de noviembre, Sant Joan de les Abadesses saldó una cuenta histórica hacia uno de sus hijos más ilustres y, sin embargo, desconocido hasta hace poco tiempo, Jaume Nunó, el músico admirado en México que compuso la música del himno nacional de aquel país. A las doce del mediodía, en el Auditorio que lleva el nombre de Nunó del edificio El Palmàs, se realizó la presentación de la biografía definitiva sobre Jaume Nunó subtitulada Un santjoaní a Amèrica, escrita por Cristian Canton Ferrer y Raquel Tovar Abad y editada por publicaciones Km 13.774, el sello de Casa Amèrica Catalunya. El acto fue presidido por Miquel Sitjar i Serra, director de los servicios territoriales de Cultura y Medios de Comunicación de la Generalitat de Catalunya en Girona.

La historia de Jaume Nunó – en la foto-retrato que preside el texto-, resulta del todo peculiar y su aura queda alimentada con el hallazgo, prácticamente fortuito, de un archivo familiar en las afueras de Nueva York hace pocos años. El conocimiento de ese tesoro avivó la curiosidad de Canton y Tovar, al tiempo que les permitió recuperar esta interesante figura de la música catalana moderna. Jaume o Jaime Nunó, nació en Sant Joan de les Abadesses en 1824 y falleció en 1908, precisamente en Nueva York, y pasará a la posteridad como el autor del himno nacional de México, poniéndole música a la letra de Francisco González Bocanegra, sin que apenas nadie le reconozca en su Catalunya natal. Gracias al hallazgo de estos papeles neoyorquinos, al empuje de Casa Amèrica Catalunya y a la colaboración del Ayuntamiento de Sant Joan de les Abadesses y el Consulado General de México en Barcelona. Canton y Tovar han podido arrojar luz en Jaume Nunó. Un santjoaní a Amèrica sobre los últimos años de su azarosa vida. Nunó quedó huérfano a los nueve años y bajo la tutela de su tío Bernat, un comerciante que financió sus estudios musicales en Barcelona. Dadas sus innegables aptitudes, escrito en rápido resumen biográfico, ganó una beca para estudiar en Italia, donde contrajo matrimonio y se especializó en bandas militares.A los 27 años, viajó a Cuba, donde hizo amistad con el entonces ex presidente mexicano Santa Anna, quien ocuparía de nuevo la presidencia y le invitaría a liderar las bandas militares del país. En 1854, junto a Bocanegra, ganó el concurso del himno nacional y, tras la caída de Santa Anna, viajó hasta los Estados Unidos para trabajar como concertista, director de óperas y realizar giras por todo el continente. Ya viudo, contrajo nuevas nupcias, tuvo dos hijos y volvió brevemente a España, antes de establecerse de manera casi definitiva en Nueva York. Allí, prácticamente anónimo para los mexicanos, fue ‘redescubierto’ y homenajeado por el entonces presidente Porfirio Díaz durante el cincuentenario del himno nacional mexicano. A su muerte, fue enterrado en los Estados Unidos, pero 34 años después, el gobierno mexicano pidió que sus restos fueran exhumados con el fin de trasladarlos a la Rotonda de las Personas Ilustres de México D. F., donde aún reposan junto a Bocanegra.